El dibujo comenzó con el clásico divague de un lápiz sobre el papel, y no avanzó mucho más allá. Alguien que me recordaba al Profesor Locovich de "Los autos locos", algo que se parecía a un avión y a la vez a un insecto, a un sapo y a un pelícano, todos loca y malamente armados, y basta. Una noche lo recorté del papel y le puse de fondo un paisaje extraño (que no es el que ven), le pinté algunas cosas a lápiz y manché de verde y ocres la nave con tinta y crayones, cada vez más langosta. Luego, una tarde que aburrido dibujé un paisaje playero a mouse (cosa que hice por muchos años) y entendí que ese paisaje podría ir bien con el "viejo de la langosta".
Escaneado, escalado y acomodado, el engendro fue retocado digitalmente hasta darle las luces y sombras que creí necesarios. Por último, y tras agregarle las hélices, pinté el 160 para asociar la imagen con el número de la revista. Los colores del numerito y su oblea se deben a la línea de colectivos del mismo número que circula por la Ciudad Autónoma y una buena parte del sur del Gran Buenos Aires (provincia), yendo y viniendo de la Ciudad Universitaria a Claypole.
Así fue como conseguimos ese ciento sesenta, que aquí comparto.
Tapa de Axxón 160 |
1 comentario:
Excelente trabajo. Me ha gustado la historia de la confección, es inspiradora. Me lleva a pensar que no hay que dejar de lado ningún boceto.
Es cierto termino siendo una langosta mecánica. Felicitaciones.
Publicar un comentario