viernes, 22 de julio de 2011

Nave Conejo

Esta es una de las tapas de Axxón que más quiero. No tengo ni idea de la cantidad de años que debe tener el original en papel. Pero sí sé que por septiembre de 2002 empecé a recrearla de cero y con CorelDraw!
Es mi primera ilustración hecha con esta técnica: se exporta cada "pedacito" del cuerpo, de cada objeto, del pelo, todos uno por uno, y una vez importados en algún programa de procesamiento digital o fotográfico (tipo Photoshop) se reúnen los pedazos y se aplican los efectos, luz y /o sombra, primero sobre cada uno y luego sobre el total, con los efectos de acabado final.

Recreación completamente digital
Hay una anécdota: cuando había avanzado bastante en Corel, el programa se colgó mal y no cargaba. A punto de reinstalarlo, Germán Brizuela (un amigo al que no veo hace largo tiempo, lamentablemente) encontró la forma de reinicializar la instalación pulsando una combinación de teclas durante el arranque del programa. Gracias a él ahorré tiempo de reinstalación y, por eso, la chica lleva una zeta tatuada en su hombro.

Ojo, la nave conejo tiene su propio "tatuaje", y es el número de la revista, cosa que sigo haciendo hoy día, cada vez que armo una tapa para Axxón.
Habiendo tan buenos ilustradores que nos regalan su trabajo cada mes, es preferible que mi cuotita de arena la agregue cumpliendo otras tareas, igualmente satisfactorias.

martes, 19 de julio de 2011

El 160

Hay trabajos con los que uno se encariña, y que independientemente de sus logros artísticos (que puede no tenerlos) quedan en la memoria. Éste es uno de esos trabajos. Tiene dos hermanitos, uno que ya compartí aquí y otro que seguramente publicaré en estos días, y todos tienen en común la presencia de un aparato que se asemeja, a veces más, a veces menos, a algún animal.
El dibujo comenzó con el clásico divague de un lápiz sobre el papel, y no avanzó mucho más allá. Alguien que me recordaba al Profesor Locovich de "Los autos locos", algo que se parecía a un avión y a la vez a un insecto, a un sapo y a un pelícano, todos loca y malamente armados, y basta. Una noche lo recorté del papel y le puse de fondo un paisaje extraño (que no es el que ven), le pinté algunas cosas a lápiz y manché de verde y ocres la nave con tinta y crayones, cada vez más langosta. Luego, una tarde que aburrido dibujé un paisaje playero a mouse (cosa que hice por muchos años) y entendí que ese paisaje podría ir bien con el "viejo de la langosta".
Escaneado, escalado y acomodado, el engendro fue retocado digitalmente hasta darle las luces y sombras que creí necesarios. Por último, y tras agregarle las hélices, pinté el 160 para asociar la imagen con el número de la revista. Los colores del numerito y su oblea se deben a la línea de colectivos del mismo número que circula por la Ciudad Autónoma y una buena parte del sur del Gran Buenos Aires (provincia), yendo y viniendo de la Ciudad Universitaria a Claypole.
Así fue como conseguimos ese ciento sesenta, que aquí comparto.

Tapa de Axxón 160